martes, 6 de octubre de 2009

como héroes anónimos

A veces ayudamos a quienes tenemos a nuestro alrededor o sólo por algún interés particular o simplemente llevados por la frívolidad de quere obtener un provecho propio, pero qué bueno es también ayudar al prójimo sin esperar algo a cambio, sin esperar a veces siquiera un gracias...
Porque muchas veces tenedemos la mano a quien lo necesita y no escuchamos un "gracias" de retorno, pero igual creo que está bueno seguir en pos del ayudar al otro aunque sea un completo desconocido...
Hace ya unos días, creo que veinte, me cruce por casualidad mientras paseaba a Joao, mi perro, a unas cuadras de mi casa, en Villa Ballester, cerca de la conocida Chacra de Pueyrredón, frente a Siemens:
Era una mañana linda, soleada, podríamos decir de primavera, cuando me crucé con una flaca que estaba perdida, con un papelito en la mano y buscando una dirección, Sí ya sé que en los tiempos en que nos toca vivir uno tiene que ir atento y desconfiando de todo y todos pero yo sigo creyendo en la buena voluntad de las personas, en que hay que ser un buen samaritano, que hay que tender la mano al que la necesita ya sea que lo conozcamos o no, siempre hay que hacer el bien sin mirar a quién.
Entonces, esta chica, temerosa y precavida se acerca hacia la vereda, donde estabamos parados con mi perro, y me pregunta por una dirección, me dice que el chofer del colectivo con el que venia viajando desde Hurlingham le había indicado que "siguiera por esa calle derecho y que así llegaría a la dirección que buscaba".
Gracias a Dios que se cruzo en mi camino!! porque si hubiera seguido esas indicaciones hubiera sido otro el final de la historia, supongo, sobre todo por la situación, que algunos tratan de renombrar como "sensación", de inseguridad sabe Dios de qué forma hubiera vuelto ella a su hogar...
En fín, lo bueno para rescatar es que la acompañé hasta el lugar a donde ella tenía que presentarse, en una entrevista de trabajo en un supermercado cerca de la zona.
Lo bueno y bello de esta breve y simple historia es que hace dos días fui a comprar a ese supermercado y me lleve una grata sorpresa cuando una joven me tocó el hombro y me dijo: "hey, te acordas de mi? Yo soy la chica a la que acompañaste hace unos días a la entrevista de trabajo".
Enseguida se acercaron una scompañeras de la flaca y me saludaron como si me conocieran de toda la vida y ella estaba re orgullosa presentandome como una heroína de la sociedad.
Para serles sincera me sentí genial!! está muy bueno ser un pequeño hereo en el anonimato y saber que fuimos útiles para alguien más que nuestro circulo cercano...
Pensalo!